Diario de una ninfómana es el conmovedor relato de una mujer francesa, de buena familia, licenciada en dirección de empresas, que narra su evolución vital a través de las relaciones sexuales que va teniendo: con los sepultureros de un cementerio, con un árabe “muy aficionado” a la coca-cola, con un policía sin escrúpulos, con desconocidos en lugares imprevistos... Multitud de vivencias que asume con la máxima libertad que tiene cualquier persona: la que uno se concede a sí mismo y no la que se ve obligado a tener.
Esta peculiar manera de relacionarse la lleva a vivir una verdadera odisea al lado de un hombre maquiavélico empeñado en maltratarla psicológicamente. Para sobrevivir al dolor y debido a sus ilimitadas ansias de curiosidad, ejercerá la prostitución en una agencia de contactos de lujo. Allí se enfrentará a la debilidad de los hombres, a su vulnerabilidad: hombres de reconocido prestigio, hombres de negocios, políticos... Hombres que no le harán perder sus ganas de comunicarse con el lenguaje que mejor conoce: el del cuerpo y el de las palabras escritas.
Un libro que no deja indiferente a nadie. Un libro sincero, desgarrado, escrito a contracorriente de la actitud políticamente correcta respecto del sexo. Un libro que revela, en definitiva, que hasta en el propio infierno se puede encontrar el amor.
Opinión personal:

El Diario de una ninfomana es un relato autobiografico de la propia autora que nos cuenta sus vivencias sexuales ordenandolas por fechas.
El libro aunque es erótico no cae en la vulgaridad, esta excelentemente narrado ¡Deben leerlo!, los que no les gusta leer este genero pues, ya que, de lo que se pierden, es una historia desgarradora que también implica el amor luego de grandes sucesos.
Hoy he tenido cuatro relaciones sexuales. Dos por la mañana y dos por la tarde. El equilibrio perfecto. La primera fue en el metro. Un hombre me tocó el trasero con el pretexto de que el vagón estaba repleto de gente y no sabía donde poner las manos. Bajamos en la siguiente estación y, en un fotomatón, trabajé con gula su sexo caliente. La segunda sobre la una de la tarde, después de comprar un bocadillo. Estaba comiéndolo en el Retiro, cerca del Palacio de Cristal, detrás de un árbol y en medio de las ardillas —más que ardillas, parecían pequeños humanos peludos encogidos—, cuando un tipo se ha acercado y me ha preguntado si por dinero me acostaría con él. He rechazado el dinero, pero he aceptado darle alegría al cuerpo. Me importa tres pepinos el dinero. Mi curiosidad siempre ha rechazado ese tipo de trato comercial. Además, considero que no tenga precio. No ha habido mucho contacto físico entre nosotros. A pesar de mi concentración en la ardua labor, he estado más pendiente de la gente que paseaba por el parque. No quería acabar en una comisaría, escoltada por dos policías. Por la tarde, me he citado otra vez con Víctor, quien ha subido hasta mi habitación del hotel. Sabía que Hassan no volvería hasta muy tarde así que me ha concedido un poco de tiempo para gozar de la compañía de mi amigo. Hemos vuelto a rememorar los momentos pasados en Santo Domingo, y sin pedirme permiso, me ha cogido en sus brazos, me ha estrechado fuertemente y nos hemos fundido en un beso que decía mucho sobre lo que iba a suceder. Le he quitado delicadamente la camisa y he dejado al descubierto un torso fuerte, recubierto de un precioso bosque denso, que desprendía un calor sofocante, reflejo de su deseo por mí. Imitando mi gesto, me ha quitado la camisa, ha acercado sus manos a mi pecho, prisionero en un sostén demasiado pequeño, que estrangula y levanta mis pequeñas tetas para que parezcan menos caídas, y, poco a poco, se ha puesto a dibujar con sus manos la forma de la copa. Luego, me ha hecho caer delicadamente sobre la cama, reteniendo mi nuca con una mano, para que no se fuera hacia atrás en un movimiento brusco. Ha ido besando mis piernas, rozándolas con sus labios ligeramente húmedos, y la habitación, silenciosa, se ha llenado con los pequeños ruidos de su boca ávida sobre mi piel. Mi excitación ha llegado al máximo cuando su boca ha rodeado mi sexo, sin nunca dar en el blanco. Después de nuestro abandono mutuo, hemos querido repetir. Y esta vez, he tomado yo la iniciativa. Sabía que le iba a gustar y de hecho, no se ha hecho de rogar.
En conclusión, un libro fantástico que se narra la vida sexual de Vale desde que perdió su virginidad a los 15, se desarrolla en diferentes paisajes, y además, que te eriza cada pelo de tu piel, que te llega hasta los huesos y que no pueden ignorar. ¡Recomendado!
9.7/10